3.600 nidos de tejedores africanos invaden cuenca del Lago Valencia
(Foto: Archivo El Carabobeño)
Noticia aparecida en la versión digital de El Carabobeño (29/03/2012 - Daniel Pabón):
Elige una rama o el nervio principal de una hoja. Primero construye
un anillo de fibras de palma. Luego comienza a crear una bóveda, con más
fibras. La vas cerrando hasta diseñar toda una cámara de cría. Por
último se dedica a la entrada, constituida por un cilindro de fibras a
un lado de la esfera. Una delgada pared, llamada umbral impide que los
huevos se salgan al ser balanceados por el viento. El macho lo
construye, pero la hembra lo tapiza con hojas y espigas de gramíneas.
Por algo se llama Tejedor Africano (Ploceus cucullatus) y así elabora
su nido. Un total de 3 mil 600 fue documentado por el investigador
Manuel González Fernández en la cuenca del Lago de Valencia. Lo malo es
que se trata de una especie invasora. El riesgo de que compita
ecológicamente con aves autóctonas es que termine convirtiéndose en una
potencial plaga reductora de la producción de granos en algunos
cultivos.
Así lo explica el informe titulado “Evaluación preliminar de la
presencia de poblaciones de Tejedor Africano (Ploceus cucullatus:
Ploceidae: Passeriformes) en la cuenca del Lago de Valencia”, elaborado
por González Fernández para el Ministerio de Ambiente y fechado en
Maracay a finales de 2011.
Además del MINAMB, el Departamento de Biología de la Universidad de
Carabobo y grupos regionales como el de Embajadores de las Aves, llevan
exhaustivos registros e investigaciones sobre las especies que habitan
esta cuenca.
Las aves llamadas “tejedoras” son originarias del Africa subsahariana
y, algunas especies de Asia y Australia. En Venezuela se cree que es
una invasora reciente. El primer descubrimiento, de más de 10 aves y 30
nidos observados, data de 1999 cerca de Mariara, en Carabobo.
Las especies “exóticas” son originarias de otros países. Cuando
alcanzan una gran capacidad reproductora, y esta se sale de control,
pasan a ser especies “invasoras”. Pero si además son capaces de
establecer poblaciones en ambientes habitados por el hombre, se
convierten en “plagas potenciales”. En Venezuela, refiere el
especialista, existe un estimado de 262 especies exóticas, siendo aves
el 45,8%.
El Tejedor Africano, en su lugar de origen, es considerado
perjudicial para los cultivos de palma aceitera y arroz. En países donde
ha sido introducido y se reproduce descontroladamente en la naturaleza,
puede atacar otros como sorgo, maíz y frutales. También pueden causar
la muerte de árboles y palmas por la utilización intensa de las hojas
para la elaboración de los nidos, cita el escrito.
Palmas afectadas
La investigación mencionada se propuso como objetivo general evaluar
la presencia de poblaciones del Tejedor Africano en la cuenca del Lago
de Valencia. El área de estudio posee un área aproximada de 1.346 km² de
superficie terrestre. Requirió un año de recorridos mensuales de
observación y de búsqueda de información por áreas planas y de
vegetación abierta.
Aunque la búsqueda en Aragua resultó infructuosa, en Carabobo,
González encontró y puntualizó las coordenadas geográficas de 52
localidades de avistamiento del Tejedor Africano, 46 de ellas en la zona
norte del Lago. El 86,5% correspondió a puntos de nidificación.
Los 3.600 nidos contabilizados se sitúan en 169 árboles, siendo
el chaguaramo (Roystonea oleracea) el mayormente afectado, con mil 819
nidos construidos en 150 palmas. Esto representa el 88,8% de las 19
especies de vegetación observadas en el estudio: 3 samanes, 2 cocoteros,
2 guásimos, una acacia, un drago, un jabillo y un mango, así como ocho
arbustos bajos no identificados.
Plan de erradicación
El autor hace sugerencias como diseñar una metodología para controlar
la población sin olvidar un programa de educación ambiental; y conocer
la época de reproducción, como base para crear un plan de erradicación
de la especie, quizás siguiendo el ejemplo de República Dominicana donde
se recolectaban nidos y ejemplares.
“Las condiciones ambientales de Venezuela permiten estimar que esta
ave, en poco tiempo, puede convertirse en una verdadera plaga para las
zonas de cultivo en tierras planas”, concluye González al ejemplificar
en el informe que áreas como los llanos crean ambientes favorables para
esto.
La venta del Tejedor Africano tanto en agropecuarias de varias
localidades como a través de Internet son realidades, constatadas por el
especialista, susceptibles de nuevos focos de invasión.
Danza nupcial anuncia la reproducción
Al terminar cada nido, el Tejedor Africano empieza una danza nupcial
con canto para atraer a alguna hembra. Un macho puede poseer a entre 5 y
6 de ellas. Esto permite una alta tasa reproductiva. Manuel González
Fernández relata en el informe que constató cómo las colonias
nidificantes pueden tener hasta 100 nidos activos en cada ciclo de
reproducción. En la localidad identificada en el estudio como peaje de
Guacara, en la Autopista Regional del Centro, ya se han contabilizado
700. Para esta investigación del Ministerio del Ambiente también se
utilizó un micrófono direccional con la intención de tener registro del
canto de esta especie. Tras dos horas de grabación, se determinó que el
ciclo de duración es de aproximadamente 15 segundos y con una frecuencia
entre 2.000 y 1.0000 Hertz. El canto se inicia con una serie de
graznidos que va subiendo de intensidad, hasta quedar fijado en un
chasquido constante que va bajando de fuerza hasta silenciarse. Un
minuto después de culminado, se inicia de nuevo.
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